Estoy en la ciudad, escucho los autos pasar, veo a las personas yendo y viniendo del trabajo, haciendo compras. Yo tengo mi listita de pendientes a la orden del día, e inclusive a veces se me olvida anotar cosas que hago que también eran pendientes: las anoto aunque ya las haya hecho para después tacharlas.
Y observo, ¿está en esta lista el espacio para crear? Te lo pregunto a vos, ¿está en esa lista tu espacio para escribir, mover el cuerpo, pintar o simplemente pensar o percibir?
Hoy en día, mi respuesta es sí, pero es un hábito que tuve que crear. Sobre todo, me llevó un tiempo (años), a la par de ir consolidando mi camino como artista profesional, saber que la vida de artista tiene otra forma, por lo menos de la que yo creía que era la “hegemónica”.
Mis días no son todos iguales, mis horarios cambian entre clases, ensayos, viajes, funciones. Inclusive, mi estar en algunos lugares, como viendo un recital, una obra, u observando un árbol, tienen un ritmo particular: sé que en cualquier momento puedo sacar mi celular para anotar en mi grupo de whatsapp conmigo misma la idea de una escena, un artículo que quiero escribir o un curso nuevo.
Pero no creo que sean los horarios los que caractericen, necesariamente, la vida de artista, sino habilitar el espacio-tiempo para crear. Y ojo, porque a veces vemos el crear como algo abstracto y lejano, que nos debería llegar como una especie de rayo inspirador. Pero no, crear es algo más parecido a habilitar. Quiero decir, a permitir que ese impulso que está en tu propio cuerpo salga manifestado de alguna forma. Cuando hablo de impulso, me refiero a la percepción de algún estímulo, y sobre todo, en el campo de lo creativo de aquellas cosas que nos conmueven.
Pero menudo trabajo hacer espacio para conmovernos en este mundo que cada vez va más rápido y que sólo nos da el tiempo de una historia de instagram para sentir, que 15 segundos después ya tenemos otra cosa, justamente otra “historia” que asimilar.
Y no lo digo necesariamente como una crítica, pero sí como una observación. Por eso, en medio de tanta velocidad, de la demanda inconsciente de procesar tantos sentidos como caben en las retinas que miran las pantallas, darse el lugar de conectar con otro tiempo es todo un acto de voluntad. Darse el permiso de mirar profundo hacia nuestras sensaciones y deseos y destinarles un lugar en la agenda para que se conviertan en una frase, una pintura, una danza, una obra, es revolucionario.
Más aún, cuando aquello que pide salir es una idea propia, de tu universo sensible, las excusas para no sacarla a luz están a la orden del día. Entonces, para desplegar a tu artista, es necesario cultivar tu voluntad. Que a veces puede disminuir o crecer, es dinámica, pero es necesario saber que es parte. Aprender a tomar decisiones a favor de tu ser creativo y artista (como sentarte un rato a escribir tus ideas, contemplar algo que te genere placer, o darte unos minutos para respirar en profundidad), es fundamental.
Un ejercicio que siempre recomiendo para trabajar este aspecto de nuestra vida, quizás ya lo conocés o me le escuchaste nombrar, es el de las páginas matutinas que comparte Julia Cameron en su libro “El camino del artista”, que consiste en todas las mañanas, ni bien te levantás, escribir 3 páginas, sin parar, sin juicio, sin objetivo, sólo escribir todas las cosas que se te pasen por la mente. Parece simple, pero ahí te vas a enfrentar con muchas cosas, y es realmente transformador. Si no lo podés hacer a la mañana, empezá en cualquier momento del día.
Y aclaro algo: no quiero sonar meritocrática. Muchas veces es muy difícil convocar a la voluntad para crear, cuando ya la estamos convocando para muchas otras cosas de la vida cotidiana. Solo te invito a que si te vibra el cuerpo, la mente y la emoción cuando pensás en crear esa obra, hacer esa canción o cualquier otra cosa que te conmueva, que le puedas regalar 1 momento, aunque sea a la semana o al mes, porque eso que sentís tiene mucho valor. Y la voluntad de ser artistas como una decisión de que el campo sensible forma parte de nuestras vidas, es al fin de cuentas un hábito a cultivar con amor y paciencia.
Ojalá te aporten mis palabras. Me encantaría leerte si querés compartirme algo que te resuene de esto, podés hacerlo a mi mail teatroymovimientoproduccion@gmail.com o a través de mi instagram @teatroymovimiento .
Abrazo creativo,
Sol.